La mayoría de los historiadores caninos están de acuerdo en que el Bóxer tiene ancestros en los perros Bullenbeisser. Estos Bullenbeissers (o mordedores de toros) eran perros de caza, usados sobre todo para el cerdo, el jabalí y el ciervo. Tales expediciones para la caza de animales salvajes solían costar la vida a varios perros, ya que la caza era horrible y penosa tanto para las personas como para los perros (por no mencionar para los jabalíes). Algunas fuentes dicen que estos enormes perros medievales tenían las orejas erectas
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